Una de las primeras noticias con las que despertamos este miércoles 25 de noviembre la que informaba que los murales y homenajes colectivos hechos en el centro de Lima para honrar la memoria de Inti Sotelo y Jack Pintado, conocidos como los Héroes del Bicentenario, habían sido vandalizados por desconocidos en horas de la madrugada.
Inti Sotelo y Jack Brian Pintado, los chicos asesinados en la Marcha Nacional de protesta contra el gobierno de Manuel Merino la noche del 14 de noviembre, han calado hondo en el sentir popular y se han convertido en el símbolo de las recientes protestas ciudadanas, de hecho fue su muerte la que apresuró la debacle del gobierno de Merino. En tal sentido era lógico que fueran los artistas populares y los propios ciudadanos quienes tuvieran la iniciativa de rendirles homenaje en las distintas maneras a su alcance.
Por ejemplo el Movimiento Graffiti Peruano decidió crear un mural en memoria de los chicos: «La iniciativa de rendir este homenaje a los jóvenes que murieron en la marcha nació de la indignación ante lo ocurrido. Fue así que, al día siguiente de los asesinatos, encontraron una pared vacía de 30 metros y decidieron pedir permiso al dueño del lugar para realizar su obra. Este aceptó, pero les dio la condición de que, si venía la policía, se las arreglarían solos. Sin embargo, al ver el diseño, les mostró su total respaldo. … recibieron ayuda de muchas personas, quienes apoyaron con la logística para culminarlo, como la pintura y los andamios. Todos han puesto un granito de arena, algunos han puesto agua, una fruta, otros un spray y otros han apoyado con el almuerzo para los muchachos».
En la esquina de las avenidas Abancay y Colmena, junto a las rejas del edificio de la Corte Superior de Justicia de Lima, cerca al sitio donde fueron asesinados, diversas personas se unieron para armar un memorial o altar con flores, carteles y otros en recuerdo de Inti y Jack.
Con tales muestras de homenaje y sobre todo, cariño popular expresado por la ciudadanía, es de imaginar que al conocerse la noticia de su maltrato la indignación tomara por asalto las redes sociales.
https://twitter.com/noes91/status/1331623936191320068
Poco después se conoció que había un video del momento en que el memorial fue vandalizado. Más aún, que había podido identificarse a los presuntos autores del daño.
La reacción inmediata fue movilizarse para reconstruir el memorial de Inti y Jack de la avenida Abancay, y pintar más murales en otras partes de la ciudad.
En la noche del mismo miércoles 25 el memorial ubicado en la avenida Abancay ya estaba siendo reconstruido por la propia ciudadanía.
Pero ¿porqué alguien se puede dar el trabajo de borrar estas muestras de homenaje que al fin y al cabo, como todo mural o memorial hecho en la calle, es intrínsecamente efímero? El historiador José Ragas reflexionó alrededor de la importancia de este tipo de memoriales en una entrevista reciente, y habló más directamente del motivo para querer destruirlos en su cuenta de Twitter.
La gente de Murales por la Memoria comentó: «Es primordial que los murales visibilicen la memoria de un país que apunta a la reivindicación de nuestro presente para no repetir los errores del pasado … son elementales para la formación y fortalecimiento de la memoria colectiva ya que, al estar en el espacio público, interpelan al imaginario popular, invitan a cuestionar y sobre todo informan sobre la realidad y la verdad que los medios y las campañas negacionistas de ciertos sectores intentan ocultar. Recalcan el valor para crear nuevos escenarios para hablar de temas como la historia del Perú desde las artes y culturas.»
Así, el muchas veces incomprendido arte urbano fue el protagonista en aquel día de soterrados enfrentamientos y el ganador, por así decir, en una batalla que es parte de una larga guerra que no solamente se da dentro del contexto peruano. Esta guerra es la de quién cuenta y cómo se cuenta la historia y la de quién tiene la voz a la hora de narrar las reflexiones sociales. Algo demasiado importante cuando se trata de hechos tan coyunturales como los que en esta ocasión llevaron a la gente a la calle en el Perú, y que requieren ser consignados no sólo para la posteridad sino para la construcción del propio presente.
Y esta guerra está lejos de terminar.
TOMATE Colectivo 
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